domingo, 30 de agosto de 2015

En Adolescencia: La rebelión, un proceso necesario

Por: Dra. Anabel Ochoa
Aquí la diferencia cultural es importante. Un chavo gringo que no intente vivir por su cuenta tras los 18 años, puede ser llevado al psiquiatra porque los padres piensan que le pasa algo, que no tiene autoestima ni es capaz de ser independiente. Paralelamente, un chavo mexicano que intente vivir por su cuenta a la misma edad, puede ser carne de diván porque la familia piensa que algo falla, que está loco y no quiere vivir con ellos. Pero simultáneamente un joven indígena que no tome esposa antes de los quince años será culpable de tarado. Todo es relativo, y más extremo aún en el caso de las mujeres, liberadas en Europa y dependientes entre nosotros, mucho más cuanto menos citadinas.
En general a los padres les asusta que un hijo se rebele, que se oponga, que cuestione, que difiera o enfrente lo que le dijeron en casa. Yo diría, más bien al contrario, que me preocuparía tremendamente que un hijo no lo haga, que sea lelo y obedezca a todo sin cuestionar nada.
La humanidad cambia y progresa gracias a esto, gracias a revisar lo aprendido y buscar nuevas rutas, gracias a la insatisfacción de la inteligencia que devora vías no penetradas, jamás con el conformismo sin cuestionamientos. Es una certeza evolutiva. En la adolescencia el “yo” del joven tiende a expandirse de manera subjetiva, desde los sentimientos magnificados, y en este momento sus anhelos de libertad chocan con la realidad del ambiente.

Pretender que el joven no se rebele es una indecencia a 54 todas luces por parte de los ancestros. Le estás vendiendo como valores una moral que ni siquiera respetas ni cumples, espuma en la boca. Muchas veces le hablas de fidelidad “poniendo los cuernos”, de honradez robando, de rectitud con un historial del todo chueco. ¿Lo tomas por tonto acaso? Pero ni siquiera esto es lo importante. Lo que de verdad pesa —y es necesario saber— es que el joven está ahí no para obedecerte y ser tu clon repetido, no para ser lo mismo que tú o lo que tú nunca fuiste, me da lo mismo. Él o ella están ahí para ser ellos, y no hay derecho a exigirles que no lo sean.

Pretender lo contrario es inmoral, indecente, narcisista, ególatra, enfermizo, digno de ser tratado en un hospital psiquiátrico en vez de acusar de tu trauma a las fallas del hijo que usurpas como si fuera sólo tuyo por haberlo concebido. Un hijo que nunca se rebele contra los dogmas de sus ancestros sin aportar nada por su cuenta, ese sí está enfermo y precisa ayuda; el otro no, el innovador es sano como la vida misma que muta y cambia, aunque no te guste. Por lo mismo, es el momento de dar apoyo como familia sin pecar de “metiches”; es preciso estar discretamente al lado, garantizarle que sea quien sea tú lo amas, siempre con un ojo abierto; no es el momento de abandonarlo, en esta etapa el amor es más necesario que nunca.

Fuente:
Libro:      "Mitos y realidades del sexo joven"
Autor:      Dra. Anabel Ochoa

sábado, 29 de agosto de 2015

Frases de la Dra. Anabel Ochoa: Erotismo

El erotismo es un privilegio del género humano que pueden gozar él y ella honestamente, sin simular y sin miedo, merecidamente ganado como premio de una evolución responsable.

- Dra. Anabel Ochoa

viernes, 28 de agosto de 2015

El cordón umbilical: una cadena ancestral pendiente de corte

Por: Dra. Anabel Ochoa
Cuando somos fetos todo está bien, equilibrado, insonorizado. No hay hambre nunca porque la alimentación es continua y gota a gota, tampoco sed, ni calor, ni frío porque la bolsa que nos contiene es un aislante perfecto en el que nadamos como delfines consentidos. Al nacer se rompe este paraíso y todo son carencias, comienzan los problemas y las necesidades de las que hasta la víspera no sabíamos nada. El humano como cachorro es un desastre, aunque luego sea el rey de la naturaleza. Pasará el tiempo, mucho tiempo, demasiado a veces. No aprende a caminar en minutos como el venado o el caballo, ni a volar en pocos meses como el pájaro. No, para nada.
El humano tardará no menos de dieciocho años —legalmente—junto a los padres para tratar de ser autosuficiente, y antes de eso ni siquiera le dejarán votar para elegir su destino político, su sociedad y sus gobernantes. Pero por tarde que sea, el corte del cordón simbólico debe darse, aunque no siempre ocurre. Es decir que llega un momento en que habrás de mirar hacia adelante y no hacia atrás, en que tendrás que ser un proyecto de futuro en vez de un pasado previsto. Sin excusas ni subterfugios.
La sexualidad con extraños (así son las parejas inicialmente) es una herramienta para fundar una nueva familia, distinta a la que te precede. Pero a veces uno se enferma de tanto apapacho continuado en el tiempo, de tanto dilatar las cosas hasta confundirnos entre el origen y el destino. Hay hombres que cambian la madre por la esposa al costo y exigen ser amamantados: la sopa caliente, la camisa lista, el sufrimiento y la entrega resignada de ella sin distinguir entre la compañera y la estirpe de la que procede. Otros, peor, siguen pegados eternamente a la madre pensando que su mujer es una extraña, fuereña y desapegada que nunca dará la vida por ellos. Pero también hay mujeres enfermas de “mamitis” que siguen pegadas al útero del que salieron, o con “papitis”, enamoradas eternamente del padre exigiendo a la pareja ser aquél y no quien es, sin derecho a identidad propia para su consorte. Habrá que saber que el cordón es por naturaleza caduco, temporal, desechable, que se hizo para romperse y no como reliquia. Si seguimos amarrados no hay progreso en nuestras vidas. No es lícita la autocompasión lastimera de estar llorando todo el día porque: mi familia es disfuncional, no me quisieron, preferían a mi hermano, me faltó orientación familiar o provengo de un medio violento. Vivir el presente, habitar el tiempo propio al que tenemos derecho, significa poder diseñar el futuro sin lamentos del pasado. De otro modo aquí nos atoramos. Por si acaso —y de verdad que las palabras son peligrosas— no llames “mamá” a tu esposa para que no te confundas, ni “papá” a tu marido, ni “mamacita” a la joven que designas “vieja”, ni “mi bebé” aunque llore hasta los treinta años, ni “mi hijo” a quien no lo sea. Y ojalá que nunca llegues a decir “padrote” porque eso sí es otra cosa, ni siquiera de la familia.

Fuente:
Libro:     “Mitos y realidades del sexo joven”

Autor:     Dra. Anabel Ochoa

Nota adicional: Hay personas que aún con 20 ó 30 años no aprenden a tomar sus propias decisiones que siempre lo tienen que consultar con mamá o con papá, aunque ya estén casadas (os), mientras sigan siendo dependientes de sus progenitores, nunca lograrán una independencia emocional, y una estabilidad en su matrimonio o con su propia familia, por seguir teniendo "mamitis" o "papitis"; en ocasiones esto conlleva a muchos problemas entre las parejas, propiciando en ocasiones separaciones, por el simple hecho de no querer "cortarse" ese cordón umbilical de su familia que le antecede. Tienes  que aprender a ser independiente y a tomar decisiones propias, que sean buenas o malas, serán las mejores porque las han tomado de manera independiente por el bien de la pareja.

jueves, 27 de agosto de 2015

miércoles, 26 de agosto de 2015

No hay una bisexualidad hay muchas

Por Rinna Riesenfeld*
Los bisexuales son poco comprendidos, se les cree homosexuales no asumidos, gente confundida,  se les exige y se imagina que son incapaces de comprometerse en una relación amorosa. No hay una bisexualidad, hay muchas. Esta orientación sexual tiene una diversidad tremenda, igualmente la homo y la hetero; pero ésta, como tiene de las dos, resulta más fascinante en ese sentido.

Hay gente que es bisexual en fantasía; quien se considera heterosexual, pero de vez en cuando tiene sus “acostones” con personas del mismo sexo; mientras que otros de repente tienen una relación diferente a la acostumbrada, y les resulta satisfactoria, encontrar un paraíso de diversidad. En relación a quienes piensan “no andaría con un bisexual porque no podría competir con el sexo contrario, pues déjame decirte que el amor no es una competencia. No es cuestión de la envoltura. Si la relación de pareja está buena, no importa lo que haya en el mercado, la gente se va a quedar ahí.

Quienes opinan que la bisexualidad está de moda, pues la experiencia humana siempre ha sido natural, sólo la rechazan, o la reprimen, o la avalan las sociedades. La diferencia es que ahora existen los medios de comunicación, y se visibiliza más un tema que ha existido siempre.  A la bisexualidad hay que aceptarla, no arreglarla, pues no es un problema a resolver.

La bisexualidad en sí misma es muy diversa y que nuestra sexualidad va de un lado a otro de la escala de Kinsey  a lo largo de nuestra vida y no es estática, ni rigida. Es decir, que a diferencia de la monosexualidad total, los bisexuales de todos los ámbitos siempre pueden esperar sorpresas en sus vidas. De esta manera la sexualidad por lo tanto, se descubre a lo largo de la vida. Existen varias formas de bisexualidad:

o   Bisexualidad de vitrina: las personas que tienen tantos miedos y prejuicios que no pueden ni siquiera fantasear con un sexo distinto del que acostumbran [o del que les enseñaron].

o   Bisexualidad en la fantasía: Diferenciado de la práctica sexual y de la atracción. De la fantasía, no necesariamente se pasa a la acción. Algunos deseos, por distintas causas, siempre permanecen en nivel de fantasía, pero en ocasiones la fantasía funciona como ensayo para más adelante explorar en la vida real.

o   Bisexualidad experimental: gente que alguna vez ha tenido experiencias con otro sexo del acostumbrado por diversas razones.

o   Bisexualidad momentánea: algunas personas atraviesan una fase bisexual en un momento específica de la vida, intentando descubrir cómo se sienten mejor.

o   Bisexualidad circunstancial o situacional: para algunas personas la bisexualidad se aparece bajo la forma de cierta circunstancia especial o situación específica que las lleva a encuentros sexuales voluntarios y además placenteros.

o   Bisexualidad especifica: A veces una persona se siente atraída por alguien de “x” sexo que no le había llamado la atención, pero no porque haya empezado a gustarle la gente de ese sexo en general, sino sólo esa persona.

o   Bisexualidad periódica: hay quienes, tras vivir una bisexualidad momentánea o específica, atraviesan por periodos en los cuales su atracción por ambos sexos permanece latente o dormida, sin aparecer acaso ni en la fantasía, y viven como heterosexuales u homosexuales, hasta que de pronto reaparece cuando menos se la esperan. Se descubre así que la bisexualidad no había estado constreñida a un único episodio o un solo momento en la vida.

o   Bisexualidad altérnate: hay quienes viven su bisexualidad alternando entre mujeres y hombres, ya sea en la fantasía o en la realidad. Pueden salir con un hombre, luego con otro hombre, luego una mujer, luego otro hombre y después una mujer, por ejemplo.

o   Bisexualidad simultánea: Son las personas que necesitan tener cerca de un hombre y a una mujer al mismo tiempo. Ya sea por fantasía, estar en una relación abierta con dos parejas a la vez (de común acuerdo o no)… o formando tríos (no solo los bisexuales forman tríos). No es necesariamente la bisexualidad más común.


Hay que aclarar que producir mayor tasa de testosterona o de estrógenos no tiene que ver en dicha atracción. Puedes producir muchos estrógenos y atraer a otra persona que produce muchos estrógenos. De la misma manera puedes ser hembra y atraer a otras hembras sin que por eso produzcas “x” cantidad de hormonas masculinas. Ciertamente la embriología moderna ha demostrado que todos tenemos algo de hembras y algo de machos, así como algo de femenino y algo de masculino. Pero ello no implica que por el hecho de sentir atracción por el mismo sexo uno sea  como el sexo contrario o tenga algo del sexo contrario. Nada de eso, es simple atracción, como se suele decir a menudo, es solamente química entre dos personas. Lo mismo pasa con los hombres afeminados heterosexuales, no por fijarse en personas de su sexo contrario van a dejar de ser afeminados ¿cierto?.

*Es una de las más reconocidas sexólogas de México, licenciada en Psicología con Maestría en Ciencias Sexológicas, cuenta con un Diplomado en Educación Sexual y una Especialidad en Psicoterapia Humanista y Gestalt.  Certificada como Educadora de la Sexualidad en CAPSEX y Asociada a la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología, A.C. (FEMESS) 

Es autora de los libros: Papá , mamá , soy gay, guía para familiares y amigos de personas homosexuales, de editorial Grijalbo y el libroBisexualidades. Entre la homosexualidad y la heterosexualidad de editorial Paidós. 

Es miembro fundador de la Asociación de Desarrollo Humano ADEHUM, México 
Socia y co-directora de la primera librería especializada en educación y cultura de la Sexualidad El Armario Abierto. 

La seducción camera heterosexual

Por Dra. Anabel Ochoa
Cómo convencer a alguien taimadamente.
En el varón el impulso sexual, la hormona que puja por ser saciada en su deseo, parece no pasar por muchos filtros ni detenerse en detalles acerca de cómo conseguirlo. Pero esto es cultural y no sólo biológico. Alguien dijo—o todos les dijeron— que él es “el rey del mambo” y no siempre hay más consideraciones al respecto. Cuando siente la urgencia en la entrepierna empieza a desarrollar una serie de estrategias para conseguirlo a como dé lugar, a cualquier precio. Pero resulta que se encuentra con mujeres que fueron educadas para todo lo contrario: para decir “no”, para protegerse del impulso de ellos, para cuidarse del “todos quieren lo mismo”, etc. Por tanto, en él su ingenio —que no su genio— se desarrolla socialmente para convencer a la dama prejuiciosa con argumentos tan pueriles como: no pasa nada, yo controlo, dame la prueba de amor, confía en mí o la puntita nada más.
Definitivamente este juego es burdo y vulgar entre los sexos y el presente merece otra cosa mejor que esta escena de vodevil mal representada. Ni el hombre tiene por qué inventar ni ella por qué temer, si ambos saben del proceso que nos mueve. Hablar de lo que nos pasa, de lo que nos urge, de lo que nos impulsa, puede llevar a soluciones placenteras para ambas partes en vez de agredir o ser agredido en el sexo. Finalmente el erotismo es un privilegio del género humano que pueden gozar él y ella honestamente, sin simular y sin miedo, merecidamente ganado como premio de una evolución responsable.

Engañar para ir a la cama te deja solo al amanecer, es estúpido, es masturbatorio con el agravante de que implicas a otra persona que tal vez se duele del encuentro en vez de adorarte. Hay mejores maneras de frotar el cuerpo siendo más honesto y con la excelente recompensa de ser amado en vez de vivir en un engaño que al final te deja solo, ¿no crees?.

Fuente: 
Libro      "Mitos y realidades del sexo joven"
Autor:     Dra. Anabel Ochoa

martes, 25 de agosto de 2015

Las Frases de la Dra. Anabel Ochoa: Desempeño Afectivo

Ahora no te pueden rotular en tus quehaceres por ser hombre o mujer. El desempeño afectivo y social no es genético, es cultural y por tanto tú decides.

- Dra. Anabel Ochoa

lunes, 24 de agosto de 2015

El abuso sexual infantil

Medidas que ayudan a prevenir el abuso sexual infantil.
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Enseñarles que tienen el derecho a decir NO ante propuestas que cualquier persona extraña o conocida, sea adulta o entre pares, de involucrarse en actos que le parezcan impropios o le resulten incómodos.
·         Explicarles que nadie tiene derecho a tocar ninguna parte de su cuerpo sin su consentimiento, aún cuando sea un amigo, amiga, novio, novia, o familiar muy querido.
·         Generar ambientes de confianza donde las niñas y los niños se sientan escuchados.
·         Invitarlos a que pregunten a un adulto cuando sienta confusión ante manifestaciones de acercamiento de otras personas o ante preguntas o peticiones que realicen.
·         Explicarles que hay tocamientos que son adecuados porque nos resultan agradables y nos hacen sentir bien, queridos, cómodos (cada familia puede determinar cuáles son estos tocamientos de acuerdo a sus valores  y creencias); y hay otros que son desagradables y nos hacen sentir mal, incómodos o que debemos comunicar a un adulto en quien se confíe.
·         Nadie puede obligarle a demostrar su afecto en formas diferentes a los que está acostumbrado o somo se le ha enseñado en la familia.
·         Talleres de educación de la sexualidad para que se asuma como una función propia y natural el conocimiento y cuidado del cuerpo, reconocimiento de las partes privadas, conductas sexualmente responsables, equidad de géneros, conocimiento de los derechos sexuales  reproductivos, enamoramiento, embarazo no deseado, sexo seguro, sexo protegido, etc.
·         Cuando se revela una situación de abuso sexual implementar todas las acciones necesarias para evitar que se repita.
·         Que las campañas publicitarias sobre prevención de abuso sexual no sólo sean dirigidas a las personas “vulnerables”, es necesario visibilizar que el responsable del abuso es un perpetrador y no una víctima.
·         Denunciar el abuso ante las autoridades competentes,

Identificación del abuso sexual infantil:
·        
Si un niño o niña han sido víctima de abuso sexual puede presentar cambios en su conducta como los que han sido reportados en las investigaciones descritas, así como signos o síntomas de los cuales se mencionan los siguientes:
-       Resistirse a participar en los juegos que antes le divertían, especialmente aquellas actividades en que hay contacto físico.
-       Se sienten incómodos cuando alguien trata de acercarse o intenta tocarlos.
-       Presentan resistencia o evitan quitarse la ropa frente a personas de su confianza con quien antes lo hacían.
-       Muestran rechazo a su cuerpo.
-       Sus movimientos son rígidos.
-       Muestran ansiedad al pedirles que se acuesten cuando hay alguien cerca.
-       Rechazan a alguna persona en especial o con cierto parecido al agresor.
-       Miedo a personas o lugares, sin motivo aparente.
-       Alteraciones de hábitos (alimentación, sueño, control de esfínteres).
-       Excesivamente tímido, inquieto o pasivo.
-       Disminuye significativamente su rendimiento escolar de manera repentina.
-       Demandan afecto.
-       Conducta agresiva o extrema, robar, esconder cosas, detección del desarrollo.
-       Severos conflictos de conducta.
-       Reporte de daño o negligencia por parte de los padres, antecedentes de abuso hacia otros familiares.
-       Malestar físico.
-       Comportamientos sexuales que no son acordes a su desarrollo.
-       Comportamiento seductor.
-       Relatan un hecho de abuso sexual.
-       Ropas manchadas o ensangrentadas.
-       El menor reporta, o notamos comezón, dolor, irritación, sangrado de OSPES, incomodidad al caminar.
-       Presencia de ITS en ojos, boca, ano, vagina, pene.
-       Embarazo.
No todos los niños y las niñas agredidos sexualmente presentan estas conductas, ni todos los que las presentan han sido víctimas de abuso sexual, con excepción de las siete últimas, las cuales obvian el abuso sexual.

Si existe la duda es necesario obtener más datos e información sin que se agreda física o psicológicamente al niño o  a la niña, si se le cuestiona directamente es posible que niegue o no acepte la ayuda, hay que observar con discreción las conductas que llaman la atención y algunas otras que nos pudieran reportar más datos.

Intervención inmediata
Cuando la persona decide hablar sobre una experiencia en la que ha sido víctima de abuso sexual es crucial que se le crea. Los niños no mienten sobre estos temas, además puede ser la única ocasión en que decida abrir el secreto y pueda ser la única petición de ayuda y la primera pauta para ofrecer una alternativa de recuperación.

Identificar un evento a partir de lo que el niño o la niña quiera contar evitando la negación, las preguntas ¿estas seguro?, ¿Por qué?¿cuándo? o que explique detalles; los niños entre los 2 y 7 años expresan de una manera muy propia sus vivencias, diferentes a las de un adulto, carece de una conceptualización muy clara, aunque se pueda dar a entender en sus propios términos; esto también depende del desarrollo de su propia competencia comunicativa; describe las cosas de acuerdo a la función que él conoce, por ejemplo, la eyaculación la puede describir como orinar. El lapso de tiempo entre el abuso y la denuncia del niño o la niña es variable pues implica la amenaza de guardar el secreto. Así mismo el uso del engaño y la falta de conocimiento sobre sexualidad hacen que el menor reinterprete la situación y se confunda, sin embargo de lo que sí podrá hablar es de las cosas que ha visto o le han sucedido. Generalmente cuando el niño o la niña dice la verdad y denuncia este tipo de delitos, narra y describe siguiendo una lógica, utilizando su propio lenguaje y rara vez cae en contradicciones.

Cuando un niño o niña ha sido víctima de abuso sexual es importante proceder de la siguiente manera:

-       Brindar confianza para hacerle sentir seguridad de que seguirá conservando su lugar en la familia, él no es el responsable de lo que le sucedió, seguirá contando con el amor y el respeto por parte de sus padres y que no será inculpado por las acciones del adulto.
-       Reconocimiento del ofensor. Tomar medidas para impedir que continúe en contacto con la víctima o con otras posibles víctimas de abuso sexual.
-       No confrontar al ofensor con la víctima. El adulto negará su responsabilidad y al niño le generará ansiedad.
-       Evitar sentimientos de culpa o pedir que olvide el evento. No cuestionar el por qué no lo dijo antes o por qué lo permitió, esto generará mayor culpabilidad de la que se podría estar sintiendo. No importa la apariencia, el vestir o el modo de comportarse del niño o la niña, es el adulto el que debe ser el responsable de su propia conducta. Al decirle que lo olvide es como negar o minimizar lo que sucedió y puede ser víctima nuevamente.
-       Evitar la re victimización cuestionando una y otra vez al niño o a la niña o usando expresiones devaluatorias como “pobrecita”, “ya te echaron a perder la vida”, “niño sucio”, “violado”, “que ha perdido la inocencia”.
-       Reconocer el valor que tuvo el niño o la niña para revelar el abuso.
-       Abstenerse de hacer promesas que no se puedan cumplir. La mayor parte de las víctimas han sido engañadas por adultos, no intentar conseguir que hable el niño o la niña prometiendo que no lo va a saber nadie, pues nuevamente perderá la confianza hacia los adultos.
-       Atender las necesidades de salud inmediatas. La exploración física como las averiguaciones pertinentes al respecto deben realizarse con respeto y calidez hacia el menor, lo cual posibilitará a los profesionales atender las lesiones físicas, los sentimientos de culpa y temor generados después de perpetrado el abuso.
-       Reducir el sufrimiento, tanto del menor como de los familiares y personas cercanas a él.
-       Buscar un lugar apropiado donde exista un ambiente de seguridad para que tanto la víctima como los padres o familiares puedan hablar con completa libertad sobre lo que sucedió.
-       Canalizar a la víctima y a la familia a un centro especializado en atención al abuso sexual infantil.

CONSECUENCIAS INMEDIATAS DEL ABUSO SEXUAL

Las consecuencias del abuso sexual en niños y niñas en su conducta y en el área psicosomática reportadas en la atención son:

Alteraciones del sueño: No pueden dormir sin compañía, necesidad de dormir con la madre, insomnio inicial y pesadillas. Es natural que el niño presente inquietud al dormir o presente pesadillas en las que, de acuerdo a su edad, refleja sus propias fantasías o experiencias vividas durante el día. Esto puede explicar porque presenta algunas alteraciones al dormir sobre todo si se enfrenta a una situación impactante como el abuso sexual.

Miedos: A que la madre se enoje, a ser agredidos, a estar solo en la noche, a la oscuridad, a los hombres, a ir a un lugar en específico, a estar en un lugar específico, a que la madre sea agredida, a los adultos en general, a algún hombre específico, a salir a jugar, a salir de su domicilio, a permanecer en el domicilio, a desvestirse. El miedo es una emoción que está programada  biológicamente en el individuo para hacer frente a ciertas necesidades de supervivencia, funciona como un indicador fisiológico y psicológico ante un peligro potencial; es una señal de riesgo, de amenaza o de peligro que activa la percepción e identificación del fenómeno. Los miedos en la infancia ocurren en función de la experiencia directa de los acontecimientos aterradores o bien son el producto de ciertos consejos protectores de los padres, también existen miedos imaginarios de naturaleza simbólica. Los temores de los niños y las niñas que viven abuso sexual están denotados por la agresión. Una de las manifestaciones de miedo consiste en evitar enfrentarse al estímulo vivido por eso evitan ciertos lugares, personas o momentos. El menor puede asociar el abuso sexual a cualquier estímulo y manifestar miedo ante una serie de situaciones, hechos o personas y de intensificarse convertirse en fobia.

Bajo rendimiento escolar. Falta de atención de concentración, falta de realización de tareas, baja en sus calificaciones, mala conducta, aislamiento, inasistencia, problemas con compañeros. El bajo rendimiento escolar se observó en sus calificaciones, ya fuera porque no podía fijar su atención o porque no realizaba las tareas. Esa es una de las consecuencias características de la agresión sexual. Se considera que la continua evocación de la experiencia desagradable desvía la atención del niño o de la niña: el impacto contribuye a la desetructuración del pensamiento y a que no puede concentrarse en las tareas escolares. Otra posible explicación surge de la teoría conductual al referirse a la incapacidad aprendida; cuando el niño ha sido expuesto a situaciones sobre las cuales no tiene control, deja de esforzarse y de luchar en situaciones en las que puede hacerlo; de este modo se pudo haber aprendido que cualquier esfuerzo era infructuoso.

Demanda de afecto: Demanda más cariño, llanto, demanda se cumplan sus caprichos, no puede separarse de la madre. La demanda de afecto se manifiesta ante la necesidad de mantener la proximidad con los padres, de establecer un lazo emocional y de activar conductas que le den cuidado; la relación afectiva es el antecedente de la confianza que el niño pueda tener en sí mismo y que unida con la aceptación de las y de los demás. De aquí se desprende la importancia que tiene la demanda de afecto, ya que el niño o la niña necesitan asegurarse de que no ha perdido el amor y el respeto de la gente que considera importante. Del mismo modo es relevante recuperar la confianza en el adulto, la cual en la mayoría de los casos queda deteriorada después del abuso sexual.

Alimentación y síntomas psicosomáticos: hiperfagia, aumento de peso, picar la comida, dolor de estómago, pérdida de peso, náuseas, trastornos cutáneos, dolor de cabeza.

Alteraciones generales: berrinches, desobediencia, querer hablar como bebé, rebeldía, agresiones verbales, romper objetos, mentir, onicofagia, enuresis, aislamiento, agrede físicamente, chuparse el dedo, querer comer como bebé, agresivo con los demás niños de su edad. Según Finkelhor, “la agresividad como consecuencia del abuso sexual se identifica cuando hay una relación cercana entre la víctima y el agresor, la actividad sexual ha ido del exhibicionismo a la penetración, el abuso ha sido continuo, si los padres han reaccionado violentamente y provocaron en el niño mayor resentimiento de culpa y cuando el niño tiene una edad que le permite comprender más el suceso. En el aislamiento se evita tener contacto social y presentar dificultades para formar lazos afectivos y limitar la comunicación, también puede aislarse para no exponerse. Las agresiones conductuales o retrocesos en los niveles de desarrollo que ya se han superado se suelen asociar con un hecho agradable, que brindan tranquilidad y confianza ante situaciones difíciles; cuando el niño o la niña se sienten desprotegidos o se enfrentan a situaciones desconocidas que no se encuentran en el contexto que manejan y los confunden, repite conductas que sí conoce y le dan confianza, otro tipo de explicación es que al hacer esto llama la atención y se le atiende.
Fuente: Gubernamental
Libro “Educación de la sexualidad y prevención del abuso sexual infantil”
Editor:    SEP / DGSEI / Dirección Gral. De Servicios. Educativos en el D.F.

Año:     © 2011

Nota Adicional: Siendo el abuso sexual infantil un grave problema social, que muchos quieren callar o cerrar los ojos ante la cruel realidad. Es momento que como padres de familia se ponga mayor y especial atención en el cuidado de sus hijos, no los exponga. Por lo general el abuso sexual es causado por una persona conocida y cercana o por familiares del menor de edad, así que cuando su niño o su niña denuncia tocamientos por alguien adulto, es momento de actuar y detener esta agresión, sin importar que sea alguien muy allegado, esto es un delito que debe castigarse, y que a la postre trae graves problemas al niño o a la niña en su vida futura. Los niños no mienten, ni se inventan cosas que no hayan visto o no hayan vivido en este tipo de abuso sexual infantil. Así que por favor debe creerle y tomar cartas en el asunto para protegerlo o protegerla.

domingo, 23 de agosto de 2015

Los abismos: él y ella, un drama que no tiene por qué serlo

Por: Dra. Anabel Ochoa 
Nos asustamos de los extremistas islámicos que crían separados a los hijos como machos y hembras sin jamás mezclarse entre ambas “especies”, como si fueran animales incompatibles, peligrosos entre sí desde la infancia.

Jugamos entonces para ser modernos y civilizados a los colegios mixtos, a la vida compartida en la casa, a los hermanos y hermanas bajo el mismo techo. Pero no es cierto este progreso.

Nacer varón, en una sociedad machista, parece otorgar un don carismático avalado por los dioses. Nacer hembra, por el contrario, acarrea otra existencia que parece alejarse de lo humano y sus privilegios. Pero al crecer, la propia familia que te educó en la segregación y la desigualdad, esa misma, pretende que formes una pareja equilibrada y te dan mensajes erróneos, abyectos, mitos anticientíficos que se disfrazan de valores siendo contravalores. Te hacen creer que una hembra odia el sexo, que es algo que pretenden ellos y de lo que tienes que defenderte, que eres débil y necesitas un protector que sustituya al padre, un apellido a la manera gringa —aunque no sea legal se hace aquí por costumbre al casarse—, que tu único universo sea el mundo interior: la casa, la comida, la ropa sucia, los hijos. 
Paralelamente, al ser varón confías en que por naturaleza —como decíamos antes— tienes que ser proveedor, fuerte, protector, no fallar nunca, y ser insensible si hace falta con tal de procurar una buena casa y traer comida a la prole.

Con estos presupuestos el hombre y la mujer no se encuentran como iguales al conocerse. Aunque se enamoren por la hormona están convencidos de desear a una alienígena que jamás será compatible con su espíritu, con su pensamiento, con su alma, con su forma de hacer o con sus sentimientos. Por tanto, aunque se hable de pareja, nada es par, nada es parejo; todo se inscribe en el prejuicio de una diferencia insalvable culturalmente, de una suerte de bestialismo en el que osas mezclarte con un bicho de otra especie, como si ambos no pertenecieran a lo humano. La primitiva vocación de ser complementarios se disuelve en la convicción de diferencia, no  anatómica sino incluso cerebral. No faltan teorías que tratan de demostrar que el macho usa una parte del  cerebro y la hembra otra, que ellas son mejores para esto y ellos para lo otro, como si fuera un designio biológico en lugar de “usos y costumbres” que entrenaron las neuronas en la destreza de distintos campos pero que nada tienen que ver con la potencialidad de ambos y mucho menos con el destino. No confundamos las cosas. Un hombre y una mujer son diferentes en su anatomía reproductora, sin duda. Todo aquello que se tenga que hacer con el pene es inaccesible para las hembras, sin discusión alguna: ella no podrá hacerse la circuncisión, ni eyacular, ni orinar parada (salvo que sea una experta, que las hay en otras culturas). Pero ¿podrá manejar un carro al no tener tercera pierna?, ¿podrá ganarse la vida sin testículos?, ¿podrá decidir su rumbo en ausencia de la testosterona?, ¿podrá pensar acaso, cuando falta la próstata? Resultan tan obvias las respuestas que mejor lo dejamos como invitación a la reflexión. De igual modo todo aquello que se elabore con el útero, las mamas, la vagina, el clítoris o las trompas, será exclusivamente femenino, sin duda: ¿podrá él cocinar sin tetas para agarrar la olla?, ¿cambiar pañales?, ¿ser tierno?; ¿podrá llorar sin máscara en las pestañas?, ¿se le permitirá fallar algunas veces a pesar del pene? Pero fuera de esto: pensar, decidir, intervenir, evaluar, considerar, responder, planificar, ver o prever, satisfacer, elaborar, situar y cuantos verbos más quieras añadir... nada tiene que ver con esa diferencia biológica sino con las costumbres que adjudican a la hembra un “mundo interior” y a los varones un “mundo exterior”.

A esta forma de pensamiento, la ciencia —machista como prácticamente todo lo demás— designó como “cerebro femenino” y “cerebro masculino” respectivamente. Tal separación injustificada de la potencia neuronal  limita a ambos y los convierte en parciales y tarados. Hay experimentos científicos suficientes que demuestran que un hombre sensible y maternal es superior como sujeto en su especie a uno frío y proveedor; de manera idéntica, una mujer decidida y activa es evolutivamente superior a una sumisa y dependiente. No tiene por qué haber tales abismos entre él y ella, no hay justificación biológica sino culturalmente caprichosa y convenenciera.


No hay guerra salvo imaginaria. Un hombre y una mujer pueden ser pareja, pero también "cuates", cómplices, compañeros de ruta, aliados, colegas. No entender esto y morder el anzuelo de mundos separados masculinos y femeninos es ir en contra de nosotros mismos y condenarnos a la extinción por obsoletos. Todos podemos ser más, y a cuenta de cuatro cuentos inoperantes nos limitamos en ambos sexos, en todas las orientaciones, en todos los prejuicios de género y en todas las etiquetas de hombre, mujer, gay, transexual, lesbiana y transgénero. No te dejes, hay más sin rótulos, mucho más en lo humano sin prejuicios.

sábado, 22 de agosto de 2015

Sexualidad: Contagiados en la cama

Por: Dra. Anabel Ochoa
Las enfermedades relacionadas con la sexualidad han sido de siempre, en todas las culturas, tan presumibles, como vergonzantes, tan ocultas como públicas, tan silenciadas como evidentes. Tal vez por ello son las más comunes de todas las enfermedades comunicables del mundo. Pero la pasión es positiva y no conoce barreras.

El instinto sexual quiere y quiere con el otro ignorando consecuencias. Cuando piensa cabeza chiquita, deja de pensar cabeza grande. Efectivamente la salud es un asunto racional, no pasional. Cuando te cuidas del frío, por ejemplo, no hay problemas que te ponga cachondo la helada matutina y estés tentado a salir del abrigo dejando de razonar. En cambio cuando deseas sexualmente, la zona frontal del cerebro, la parte racional, se apaga para no calcular y solo sentir. Por eso el momento erótico no es para decidir nada. Y en la cama nos contagiamos de todo, nos infectamos por lo cerca y lo íntimo, hasta nos morimos, y seguimos resistiéndonos a tomar medidas al respecto, como con miedo a romper el encanto romántico. 

El contacto sexual es el acercamiento más grande que se da entre dos personas, mucho más que saludar, abrazar, compartir utensilios, toser o respirar el mismo aire, por algo se llama “contacto íntimo”.

La prevención sexual no pertenece a la cama, no es horizontal, si no vertical, es consciente, previa, fría y planeadora. La entrepierna excitada no ya saber nada de razonamientos y prevenciones, de advertencias, solo requiere frotarse urgida, y no razona.
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