miércoles, 3 de agosto de 2016

¿Porqué me siento humillada cuando voy al ginecólogo?

Por: Dra. Anabel Ochoa

Te sientes humillada porque es una cuestión absolutamente cultural relacionada con el sexo. Creo que no te sientes humillada si vas al dentista y te pide que abras la boca; puedes tener miedo, pero no te sientes humillada. Tampoco si vas al oculista y te explora el ojo;  sin embargo, en esta cultura machista, el mostrar los genitales, evoca por delante una amenaza que te transmiten las madres. Primero de niña: que ahí no tienes nada y que ni te toques. Luego que es una cosa importantísima que debes cuidar porque todos los hombres te van a querer hacer daño.
Este tipo de mensajes quedan grabados en nuestra mente y son terribles, de manera que si vas ir al doctor y en vez de mirarte la boca, o explorarte el ojo, te dice que abras las piernas para mirar dentro, te vienen a la cabeza un montón de mensajes confusos.
Empieza a vivir el ginecólogo como alguien que tiene poder sobre ti de andar ahí dentro con licencia. Además porque, claro, una madre te puede impedir el novio, pero jamás el doctor. Entonces este señor con licencia absoluta te abre las piernas, se mete en ese rincón del que te dijeron que antes que muerta que cederlo si no estás casada. Eso hace que la mujer sufra un sentimiento de humillación por abrir las piernas y que un doctor le explore ahí dentro. Es un poco loco que sea humillante algo tan inocente como una exploración, pero les falta razón a las mujeres porque finalmente el ginecólogo no es un extraterrestre que vino en un platillo volador, también es un hombre preso de la cultura machista y no siempre cuenta con la delicadeza suficiente para realizar bien esa exploración. No siempre considera que, según nuestra cultura, para la mujer quitarse los calzones, abrir las piernas y ponerse en semejante postura, resulta difícil.
A ver, relaje su vagina por favor, dicen. Pero quien va a relajar su vagina con un señor metiendo espejitos ahí dentro, cuando te dijeron que eso es un tesorito, que es lo más sagrado? Eso mismo genera que no todos los ginecólogos varones sean honrados y que a veces, por desgracia, aprovechen la vulnerabilidad de la mujer para alguna clase de abuso; es bastante más común de lo que pensamos.

Por supuesto que hay ginecólogos totalmente honestos, pero como dicen: Lo Cortés no quita lo caliente. Por otro lado, yo también me planteo personalmente por qué los diseños de la aparatología ginecológica son tan nefastos, no se ha avanzado nada en este terreno. La mesa de exploración, para empezar, semeja más a un potro de ttortura medieval que a un lugar donde relajarse. ¿Dónde está la tecnología? Aquí parece que no se han molestado porque la mujer carga con todo y acaba poniéndolo donde digan. Para que un hombre lo entienda, que vaya al proctólogo, por ejemplo, que lo pongan en cuatro patas y le metan el dedo en el ano, si por eso la mayoría de los hombres no van nunca; tampoco al urólogo: no le vayan hacer algo en su “cosita”. También por todo esto últimamente prosperan tanto las ginecólogas mujeres, dan mucha más confianza, pero cuidado, lo primero será la capacitación, no porque sea mujer es garantía de calidad médica.

Fuente:     “Más Respuestas Para Vivir una Sexualidad Inteligente y Segura”
Autora:      Dra. Anabel Ochoa
Editorial:    Selector.

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