Por: Dra. Anabel Ochoa
Te sientes
humillada porque es una cuestión absolutamente cultural relacionada con el
sexo. Creo que no te sientes humillada si vas al dentista y te pide que abras
la boca; puedes tener miedo, pero no te sientes humillada. Tampoco si vas al
oculista y te explora el ojo; sin
embargo, en esta cultura machista, el mostrar los genitales, evoca por delante
una amenaza que te transmiten las madres. Primero de niña: que ahí no tienes
nada y que ni te toques. Luego que es una cosa importantísima que debes cuidar
porque todos los hombres te van a querer hacer daño.
Este tipo de
mensajes quedan grabados en nuestra mente y son terribles, de manera que si vas
ir al doctor y en vez de mirarte la boca, o explorarte el ojo, te dice que
abras las piernas para mirar dentro, te vienen a la cabeza un montón de
mensajes confusos.
Empieza a
vivir el ginecólogo como alguien que tiene poder sobre ti de andar ahí dentro
con licencia. Además porque, claro, una madre te puede impedir el novio, pero
jamás el doctor. Entonces este señor con licencia absoluta te abre las piernas,
se mete en ese rincón del que te dijeron que antes que muerta que cederlo si no
estás casada. Eso hace que la mujer sufra un sentimiento de humillación por abrir
las piernas y que un doctor le explore ahí dentro. Es un poco loco que sea
humillante algo tan inocente como una exploración, pero les falta razón a las
mujeres porque finalmente el ginecólogo no es un extraterrestre que vino en un
platillo volador, también es un hombre preso de la cultura machista y no
siempre cuenta con la delicadeza suficiente para realizar bien esa exploración.
No siempre considera que, según nuestra cultura, para la mujer quitarse los
calzones, abrir las piernas y ponerse en semejante postura, resulta difícil.
A ver, relaje
su vagina por favor, dicen. Pero quien va a relajar su vagina con un señor
metiendo espejitos ahí dentro, cuando te dijeron que eso es un tesorito, que es
lo más sagrado? Eso mismo genera que no todos los ginecólogos varones sean
honrados y que a veces, por desgracia, aprovechen la vulnerabilidad de la mujer
para alguna clase de abuso; es bastante más común de lo que pensamos.
Por supuesto
que hay ginecólogos totalmente honestos, pero como dicen: Lo Cortés no quita lo
caliente. Por otro lado, yo también me planteo personalmente por qué los
diseños de la aparatología ginecológica son tan nefastos, no se ha avanzado
nada en este terreno. La mesa de exploración, para empezar, semeja más a un
potro de ttortura medieval que a un lugar donde relajarse. ¿Dónde está la
tecnología? Aquí parece que no se han molestado porque la mujer carga con todo
y acaba poniéndolo donde digan. Para que un hombre lo entienda, que vaya al
proctólogo, por ejemplo, que lo pongan en cuatro patas y le metan el dedo en el
ano, si por eso la mayoría de los hombres no van nunca; tampoco al urólogo: no
le vayan hacer algo en su “cosita”. También por todo esto últimamente prosperan
tanto las ginecólogas mujeres, dan mucha más confianza, pero cuidado, lo
primero será la capacitación, no porque sea mujer es garantía de calidad
médica.
Fuente: “Más
Respuestas Para Vivir una Sexualidad Inteligente y Segura”
Autora: Dra.
Anabel Ochoa
Editorial: Selector.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario