Por Dra. Anabel Ochoa
Resulta curioso que la
mayoría de las mujeres de occidente no saben que tiene clítoris, mientras en
Africa se lo cortan desde hace cientos de años para que no gocen (6,000
amputaciones diarias en el mundo). Habrá que preguntarles.
El clítoris es el único
órgano del ser humano que sirve exclusivamente para el placer, y lo tienen las
mujeres. El pene masculino es en realidad un multiusos que a veces orina, a veces eyacula. Pero el
clítoris femenino no tiene otra utilidad. Es similar a un pene diminuto en su
estructura (2 cm de largo x ½ de ancho), con su cabeza (glande), y su
pellejito, y se pone erecto y duro al estar excitado. Pero no está dentro de la
vagina, sino afuerita, en la parte superior de los labios mayores de la vulva,
o más fácil: Pon el dedo en el ombligo, baja en línea recta, y cuando digas ¡aaay!,
ahí mismo está. Las mujeres raramente han visto su cuerpo ante un espejo y con
las piernas abiertas (cosa que debieran hacer por cultura), por eso ni siquiera
saben lo que tienen. Los hombres acostumbrados a ser rápidos, penetradores,
tampoco saben del chiquito femenino. Luego que si las mujeres son frígidas, que
si tardan...Habrá que esmerarse en los lugares oportunos, porque acariciando el
clítoris, con la mano o con la lengua, se pueden producir directamente orgasmos
femeninos, sin embarazo, y sin depender de la velocidad del falo.
Por desgracia en muchos
países islámicos (Egipto, por ejemplo), se les corta el clítoris a las niñas antes
de casarlas, para que no se toquen, para que no sean infieles, para que no
gocen, para que no sean malas. Esta intervención la hacen las matronas o los
barberos con un vidrio, con una lata, sin anestesia, y muchas mujeres mueren
por infección o hemorragia, y si quedan vivas estarán castradas para
tranquilidad de la prepotencia masculina que llama cultura a la tortura. A veces
esta terrible maniobra va unida a la infibulación (cerrar la vagina con un
anillo o cosería con espinos).
Las organizaciones de
derechos humanos y feministas de todo el mundo luchan por acabar con estas
prácticas, que se conocen como “clitoridectomía” (del griego kleitorís =
clítoris + ektomé = escisión), “ablación”, “mutilación sexual” o “castración femenina”.
Solo el saber esto nos permite perdonar un poco que en nuestra cultura nunca
nos hablaron del clítoris y que, a lo más, dijeran: “niña, déjese ahí”.
FUENTE:
LIBRO: “Respuestas para vivir una
sexualidad inteligente y segura”
AUTOR: Dra. Anabel Ochoa
EDITORIAL: Selector, S.A. de C.V.
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