viernes, 26 de agosto de 2016

Hombres; ¿Por qué debemos revisarnos la próstata y qué tiene que ver eso con la vida sexual?


No resulta nada extraño que un hombre tenga que revisar su aparato genital interno o externo. Basta pensar que la mujer parece nace como muñeca rota y siempre necesita la revisión de un ginecólogo, frente a eso el hombre se cree ser un ser perfecto, inmutable, al que nunca le pasa nada. Sin embargo, la realidad confirma que también el hombre se enferma de las partes íntimas, y una revisión a tiempo puede evitarle problemas que tienen que ver, incluso, con la muerte. Es decir, existe cáncer de próstata, cada vez más frecuente. Pero es un cáncer totalmente curable si se detecta a tiempo.
¿Qué es la próstata? Es una glándula, es un órgano interno en el vientre de los hombres. Diríamos que tiene forma como de relojito, de cuyo centro nace el pene. Esta próstata tiene que ver con la fabricación de sus hormonas sexuales, con la erección, con la eyaculación, absolutamente con todas las funciones viriles; hasta con el placer, porque se le llama el punto G masculino. Esta zona se puede enfermar y no te enteras sino te revisas. Por eso hoy en día es aconsejable que así como la mujer visita al ginecólogo para sus revisiones periódicas, también el hombre debe acudir al urólogo para que, si algo empieza a estar mal, se puede resolver de inmediato. Porque si se inflama, si presenta un proceso canceroso y no se atiende, luego igual ya es tarde.
La próstata tiene que ver con la vida sexual, pero también con la salud, con el impulso de vida pero también de muerte. Así que, ya saben caballeros, a revisarse se ha dicho.

Fuente: “Más Respuestas Para Vivir una Sexualidad Inteligente y Segura”

Editorial: Selector.

miércoles, 24 de agosto de 2016

La terapia de pareja Para qué nos sirve?

Mi mujer está dale que dale con que vayamos a una terapia de pareja, pero eso ¿En qué puede ayudarnos?

Por Dra. Anabel Ochoa

Los terapeutas de pareja son especialistas, precisamente, en los conflictos de una pareja y no hay que tenerle miedo a esto. A veces pensamos que un psicólogo es para los locos; yo diría que es al revés, es loco quien no considere la ayuda de un psicólogo.
Una pareja se enferma, como enferma cualquier ser humano en cualquier dimensión. Es decir, si de pronto yo padezco de la vista no me parece humillante acudir al oculista, que me pongan lentes incluso o que me digan que no veo nada y que me aconsejen hasta la intervención quirúrgica. Lo mismo si me duele una muela y no  por eso me siento menos hombre o menos mujer. A este nivel nos falta cultura, pues nos dio por pensar que el cuerpo se enferma y la mente no. Esto es un error tremendo. Finalmente la mente y el cuerpo son la misma cosa, son parte de un todo, no conozco cuerpos sin cabeza ni tampoco cabezas sin cuerpo. Por tanto, el humano es un todo que interactúa, de modo que hasta una idea en el pensamiento se convierte en una reacción hormonal, en síntomas y hasta se refleja en la piel, este humano necesita muchos especialistas para cada cosa. No se vale aceptar el de la boca, el de los ojos, el de la rodilla, pero de pronto no aceptar que existen especialistas en parejas. Porque, efectivamente cuando se entra en conflicto, el problema es que la pareja ya está enferma en cuanto a su relación y repite los síntomas sin poder escapar del círculo vicioso.

Cuando una pareja empieza a ver que se repiten las mismas frases, yo diría que ése es el primer síntoma de que hace falta ayuda. Ayuda de un especialista sin mayor conflicto que, insisto, ir al dentista por la boca, o al oculista por los ojos; los psicólogos de pareja están preparadas para ayudar a que la pareja dialogue. No es una garantía de que se salve, no todas la parejas se salvan, de pronto hay lugares imposibles, o errores que se remontan al inicio de la relación y hablan de una incompatibilidad de caracteres. Otras veces, más de la mitad por cierto, la pareja fue bien elegida pero se cae en una especie de obsesión insistente, de callejón sin salida, se topa con pared. Ahí el asesor de pareja, el terapeuta, el especialista, tiene las herramientas profesionales suficientes para que ellos puedan dialogar, cosa que parecían haber olvidado. Por tanto, si tu pareja está en crisis y va en picada, no utilizar este recurso sería un error tremendo. Es de  sabios preguntar y es de ignorantes el sentirnos autosuficientes en todo. Una terapeuta de pareja puede ser un arma tremendamente útil en un momento. Un terapeuta de pareja puede ser un arma tremendamente útil en un momento en que dos están en crisis.

Fuente: “Más Respuestas Para Vivir una Sexualidad Inteligente y Segura”
Autora: Dra. Anabel Ochoa

Editorial: Selector.

martes, 9 de agosto de 2016

He abortado dos veces, pero pienso que la tercera es la vencida y lo mismo me muero ¿Qué puedo hacer?

Es completamente absurdo que juegues con los refranes de “la tercera es la vencida”. La tercera es la vencida cuando no sabemos algo, cuando es cosa del azar. Pero, amiga, lo que te falta es absolutamente información. Si has abortado dos veces significa que, por lo menos dos veces te has embarazado sin quererlo. Sólo me queda pensar que, o no  tiene información sobre los métodos anticonceptivos, o no la usas, o tienes miedo a pedírselo al hombre…

Porque puedo creer en un fallo fortuito en tu vida, en dos está más difícil, pero si hablas de tres, ya parece un asunto suicida, abortando hasta la muerte, vamos.
Yo no creo que quieras morirte, por eso me estás preguntando qué puedes hacer. ¿Y qué puedes hacer? Muy simple. Primero infórmate sobre los métodos anticonceptivos, estos métodos están desarrollados desde mediados del S. XX, es decir, que ya hace muchos años que la humanidad cuenta con muy diversos sistemas de lo más efectivo para un sexo placentero que no genere embarazos indeseados.

Por mucho que veas lucha social en favor o en contra del aborto, quiero aclararte una cosa: no existen las abortistas. Hay grupos que están a favor de una ley de aborto y existen grupos que son absolutamente antiabortistas. No obstante, no conozco ninguna mujer en el mundo a la que le guste abortar. Digamos que puede llegar un momento extremo de falla, de error, una violación; pero eso de la tercera es la vencida es completamente absurdo. Hasta las feministas más avanzadas del mundo dicen: anticonceptivos para no abortar y aborto para no morir. Pero tu parece no has llegado ni a la primera fase. Si tienes sexo, también debes tener un sistema de protección. Es muy sencilla la tarea de informarte, hoy en día, de los métodos anticonceptivos adecuados para ti.

La sexualidad no tiene por fin procrear sin querer; la sexualidad tiene por meta el gozo de una pareja; engendrar un hijo será el día que tú quieras. Es un error la manera en que estás viviendo la sexualidad. Planifica tu vida y tu cabeza, antes de quitarte la ropa, amiga.

Fuente: “Más Respuestas Para Vivir una Sexualidad Inteligente y Segura”
Autora: Dra. Anabel Ochoa

Editorial: Selector.

miércoles, 3 de agosto de 2016

¿Porqué me siento humillada cuando voy al ginecólogo?

Por: Dra. Anabel Ochoa

Te sientes humillada porque es una cuestión absolutamente cultural relacionada con el sexo. Creo que no te sientes humillada si vas al dentista y te pide que abras la boca; puedes tener miedo, pero no te sientes humillada. Tampoco si vas al oculista y te explora el ojo;  sin embargo, en esta cultura machista, el mostrar los genitales, evoca por delante una amenaza que te transmiten las madres. Primero de niña: que ahí no tienes nada y que ni te toques. Luego que es una cosa importantísima que debes cuidar porque todos los hombres te van a querer hacer daño.
Este tipo de mensajes quedan grabados en nuestra mente y son terribles, de manera que si vas ir al doctor y en vez de mirarte la boca, o explorarte el ojo, te dice que abras las piernas para mirar dentro, te vienen a la cabeza un montón de mensajes confusos.
Empieza a vivir el ginecólogo como alguien que tiene poder sobre ti de andar ahí dentro con licencia. Además porque, claro, una madre te puede impedir el novio, pero jamás el doctor. Entonces este señor con licencia absoluta te abre las piernas, se mete en ese rincón del que te dijeron que antes que muerta que cederlo si no estás casada. Eso hace que la mujer sufra un sentimiento de humillación por abrir las piernas y que un doctor le explore ahí dentro. Es un poco loco que sea humillante algo tan inocente como una exploración, pero les falta razón a las mujeres porque finalmente el ginecólogo no es un extraterrestre que vino en un platillo volador, también es un hombre preso de la cultura machista y no siempre cuenta con la delicadeza suficiente para realizar bien esa exploración. No siempre considera que, según nuestra cultura, para la mujer quitarse los calzones, abrir las piernas y ponerse en semejante postura, resulta difícil.
A ver, relaje su vagina por favor, dicen. Pero quien va a relajar su vagina con un señor metiendo espejitos ahí dentro, cuando te dijeron que eso es un tesorito, que es lo más sagrado? Eso mismo genera que no todos los ginecólogos varones sean honrados y que a veces, por desgracia, aprovechen la vulnerabilidad de la mujer para alguna clase de abuso; es bastante más común de lo que pensamos.

Por supuesto que hay ginecólogos totalmente honestos, pero como dicen: Lo Cortés no quita lo caliente. Por otro lado, yo también me planteo personalmente por qué los diseños de la aparatología ginecológica son tan nefastos, no se ha avanzado nada en este terreno. La mesa de exploración, para empezar, semeja más a un potro de ttortura medieval que a un lugar donde relajarse. ¿Dónde está la tecnología? Aquí parece que no se han molestado porque la mujer carga con todo y acaba poniéndolo donde digan. Para que un hombre lo entienda, que vaya al proctólogo, por ejemplo, que lo pongan en cuatro patas y le metan el dedo en el ano, si por eso la mayoría de los hombres no van nunca; tampoco al urólogo: no le vayan hacer algo en su “cosita”. También por todo esto últimamente prosperan tanto las ginecólogas mujeres, dan mucha más confianza, pero cuidado, lo primero será la capacitación, no porque sea mujer es garantía de calidad médica.

Fuente:     “Más Respuestas Para Vivir una Sexualidad Inteligente y Segura”
Autora:      Dra. Anabel Ochoa
Editorial:    Selector.
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