Por: Dra. Anabel Ochoa
Orgasmo:
La
palabra proviene del término griego orgasmón –estar lleno de ardor—. Es el
punto máximo de la excitación sexual y posee sin duda efectos benéficos. En el
varón culmina con la eyaculación y en la mujer se caracteriza por contracciones
de la vagina y el útero. La mayoría de hombres han tenido orgasmos, mientras
que las mujeres siguen siendo una minoría la que tiene acceso al “placer de los
placeres”. Debemos tener en cuenta que los tiempos de excitación son diferentes
para el hombre y para la mujer. Lo femenino requiere de más juego previo y,
desde luego, de una estimulación adecuada del clítoris, que es un centro de
placer mucho más importante que la vagina. Entre las causas de la anorgasmia
femenina destacan las cuestiones psicológicas y los prejuicios morales, sin
olvidar la más que probable ignorancia
amatoria de la pareja. De cualquier forma no debe convertirse en una obsesión,
porque entonces nos observamos desde fuera y no nos permitimos entregarnos a la
experiencia sensual. Autoconocimiento individual y comunicación entre la pareja
son las claves del placer compartido. No hay que olvidar que hay varios tipos
de orgasmos: Clitórico, vaginal, del punto G, múltiple, secuencial y hasta
simultáneo, pero eso será abordado más adelante en esta sección.
FUENTE: Revista Desnudarse, de la Dra. Anabel Ochoa
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