De los Casos de la Dra. Anabel Ochoa
Andrés Miguel, 23 años, estudiante de ingeniería, Cd.
Altamirano, Gro.
Yo no sé si alguna vez le habrán hecho una consulta como la
mía doctora. Y es que el asunto está muy raro. No siento nada en mi pene, nada.
En las relaciones sexuales digamos que “cumplo” correctamente, pero es como si
mi cerebro no sintiera placer alguno. Por otro lado, me han practicado sexo
oral en muchas ocasiones, que según mis amigos es lo máximo. Pues bien, tengo
erección, eyaculo, pero no siento nada. Ya no lo confieso, disimulo como si me
encantara porque no tiene sentido. Le juro que jamás oí a nadie hablar de un
problema semejante ¿Qué me pasa?.
La Dra Anabel Ochoa le respondió:
Tienes razón en encontrar raro tu caso, porque en verdad es
poco frecuente. Pero no te fijes en eso. Yo ya sé que consuela el saber que el
problema de uno es “normal” porque lo padecen miles de personas y que tal vez
te sientes como un “perro verde”. A cambio te diré también que de cualquier
modo, les pase a pocos, no eres el único y este cuadro está descrito por la
medicina y la sexología. Lo que te pasa se llama técnicamente anhedonia sexual
(falta de hedonismo) y consiste en que el cerebro no recibe señal de placer
alguna, hagas lo que hagas, aunque el cuerpo te demuestre lo contrario. La
causa puede tener dos orígenes muy distintos: Uno físico y el otro psíquico. Mi
consejo es explorar primero lo físico
porque es más fácil. Se trata de que vayas a un urólogo para averiguar si los
nervios que conducen la información sensible de tus genitales a tu médula
espinal (en la columna vertebral) están correctos, porque ello puede ser una de
las causas.
El urólogo comprobará si en verdad hay sensibilidad
consciente en el pene, y sobre todo si hay anestesia en torno al ano y los
testículos para saber si hay un problema neurológico (de vías nerviosas) de ahí
al cerebro. De no encontrar nada aquí, tendríamos que recurrir a un psiquiatra,
averiguar por qué tu mente bloquea las señales de placer, y esto es más serio
porque no hablaría de una alteración de la personalidad, de tipo histérico u
obsesivo. No olvides que la mente también es tremendamente potente y de pronto
miedos adquiridos desde la infancia, culpas de pecado o falta de autoestima te
pueden llevar a bloquear el hermoso placer del sexo.
*Esta es una consulta realizada a la doctora en uno de sus programas y publicado en la Revista Desnudarse.
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