Por la Dra. Anabel Ochoa.
El erotismo humano no es la pasión por un trozo de carne y
un frotamiento. No tiene objeto real, es imaginario. Sueñas unirte ala otro,
fundirte con él, volar de placer.
La fantasía enriquece la relación continuada, y es más sano
tenerla que reprimirla. Trabaja la tuya y la de tu pareja, por turnos o
compartiendo más de una. Imagina, sueña y juega. Olvida el viejo concepto de
“perversiones” cuando no se refieran a delitos.
Mientras la pareja esté de acuerdo y no dañes a un tercero
(¡Ojo!), puedes disfrutar eróticamente al mirar, ser mirado, la ropa, los
disfraces, cambiar la voz y simular otra edad, jugar a ser del otro sexo, jugar
a ser otra u otro encelado, escenificar historias, inventar juegos, contar
cuentitos picarones al oído, juguetes, fetiches, taparte los ojos, dominar o
ser dominado, ponerte castigos, etc., volver a jugar imaginando, como cuando
éramos chiquitos.
FUENTE: Revista Desnudarse de la Dra. Anabel Ochoa
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