miércoles, 20 de mayo de 2015

El sexo al paso del tiempo ¿Por qué ya no es igual?


De los casos de la Dra. Anabel Ochoa

¿Por qué ya no es igual?

Héctor, 25 años, estudiante de derecho, Mexicali, B.C.N.
Tengo un año y medio de casado y me preocupa cómo han cambiado las cosas con mi sexualidad. Mejor le explico mi historia. De adolescente yo me llegaba a masturbar hasta seis veces al día. Luego al tener novia ya no lo hice tanto porque campechaneaba mi ímpetu con ella, de modo que me masturbaba sólo como una vez a la semana. Años más tarde me casé, y el drama es que ahora ya nada más puedo “echar uno” por la noche (disculpe la expresión pero usted me entiende) y después tardo en conseguir una segunda erección durante al menos cuatro horas. Yo antes “me echaba” por lo menos tres en una noche romántica, y ahora después del primero aunque quiera seguir ya no se me para de inmediato y eso me preocupa ¿Qué puedo hacer?, pienso que esto se debe a que de chavo abusé mucho de la masturbación ¿Será por esto?.

La Dra. Anabel Ochoa le respondió:

Amigo, creo que te has parado a pensar que con el paso del tiempo nada es igual en la vida, el sexo tampoco. Al cambiar, al crecer, al evolucionar, al madurar, uno va haciendo distintas cosas. Sin embargo tú pareces compararte con el que eras antes y te sientes aterrado del cambio, como si alguien te hubiera garantizado que aquello iba a ser así toda la vida. Piénsalo un poco. Tu vida ha cambiado en la casa que habitas, en la relación que tienes, y en lo haces, hasta en lo que comes y como te vistes. Es lógico. Si todo se quedara igual serías lelo ¿Verdad?. Imagina que me reclamaras que tú antes de bebé, podías hacerte pipí encima y nadie te reclamaba nada, que simplemente te cambiaban el pañal, que por qué ahora no te dejan hacerlo tranquilamente en la ropa y te ves obligado ir al baño y hacerlo solito a determinadas horas. Por idiota que te parezca el ejemplo, es lo mismo de lo que estamos hablando: El cambio, la evolución. Lo que pasa que la sexualidad nos la muestran como un hallazgo fijo para cuando seamos adultos, como que fuera una cosa congelada que no cambia ya jamás y cuando la descubres ¡Ya está! para siempre igual como las tablas de multiplicar. No amigo.
La sexualidad es un afecto y como tal evoluciona y cambia con nosotros mismos a lo largo de las diferentes etapas. La fogosidad masculina tiene un pleno de ardor a los 17 años, sigue hasta los 20, y a partir de ahí se amansa. De otro modo no habría tiempo para hacer otras cosas y seríamos unas bestias calenturientas todo el rato.
El sexo va cambiando cantidad por calidad, no es que se deteriore ni que estés enfermo. En el enamoramiento se te hacer poco una vez tras otra. Luego con la pareja fija, el cerebro inteligente va cediendo paso a otras cosas y reparte la energía en el tiempo compartido con la otra persona. Por supuesto tampoco se excita igual con lo conocido que con lo recién descubierto, es normal. Pero ¡ojo! No lo vivas esto como un castigo porque te masturbabas de chico. La masturbación no te tara; al contrario ejercita, y desde luego no es una enfermedad que cause secuelas. Si no entiendes esto así corres el riesgo de pensar que, cuando al envejecer tengas arrugas, tal vez sean producto de una venganza cósmica por haber mojado la cama de chico.

Deja la culpa oscurantista atrás y mira hacia adelante con alegría. No te quejes, crece, se lógico,, y aprovecha la intensidad de cada momento en sus mejores cosas, siempre distintas. No te claves con las cifras de una juventud en la que igual trotabas más pero desde luego eras más imbécil sin duda. Y sobre todo sospecho del pasado porque no es tu tiempo aquél, es éste.

Fuente: Revista Desnudarse de la Dra. Anabel Ochoa.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Powered By Blogger