Por Dra. Anabel Ochoa
Es un
nudo nervioso que, si lo estimulas, pues producir orgasmos seguidos, en cadena.
El descubrimiento de este punto en las mujeres se ha convertido más en un
fenómeno literario que en otra cosa. No deja de resultar sorprendente que somos
casi analfabetas sexuales, seguimos sin saber hacer caricias previas ni dónde
está el clítoris, pero todo el mundo pregunta por el punto G, algo así como
pretender un doctorado sin haber hecho la primaria en las artes eróticas.
El lugar
se encuentra (prepara el plano) introduciendo el dedo en la vagina, se dirige
luego verticalmente hacia arriba intentando palpar la pared de la vulva por
dentro, más o menos a la altura del clítoris pero interno.
Conviene
señalar que si no existen otros ingredientes en la relación estimular sólo ese
punto puede resultar más molesto que otra cosa, pues provoca una especie de
“ataque epiléptico”, en el que el orgasmo será una convulsión, una descarga
eléctrica de alta tensión que te dejará con cara de perturbada.
Existe en
los hombres un punto G, exactamente a mitad del camino entre la raíz de los
testículos y el orificio del ano, y se puede estimular con el dedo introducido
en el recto.
Definitivamente,
lo más divertido del Punto G no es encontrarlo sino buscarlo. Existen dildos y
vibradores especiales con la punta curva, tanto anales como vaginales, pero
cada cuerpo es un mundo y el hallazgo no es tan exacto. De cualquier modo, los
hombres que se preocupan por tener la punta del pene un poco chueca hacia
arriba, que presuman en vez de acomplejarse.
Fuente:
Libro “Respuestas para
vivir una sexualidad inteligente y segura”.
Editorial: Selector S.A. de C.V
Autor: Dra. Anabel Ochoa
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