Por la Dra. Anabel Ochoa.
Todo humano nace y se hace. Para entenderlo es mejor
preguntarnos, por ejemplo, si los heterosexuales nacen o se hacen. Es lo mismo.
El humano es el animal más tonto de la naturaleza cuando nace, el más inválido,
el más inacabado (hasta compararlo con un pájaro que enseguida vuela, o con un
venado que no tarda en trotar). El cachorro humano tardará un año en caminar, y
más en hablar, dos años en controlar sus esfínteres y no hacerse todo encima.
Le costará no menos de 18 años ser independiente, y hay quien dice que lloran
hasta los 30 años. Pero en verdad luego es el animal más inteligente de la
naturaleza, gracias a lo inacabado de cuando nació. Se termina de hacer en el
mundo exterior gracias a esas experiencias adquiridas en las que acaba de
conformar su cerebro, fuera del vientre, no adentro. Por eso es definitiva la
infancia de los sujetos: Ahí aprendimos por primera vez lo que es el amor, el
odio, la soledad, la ternura, el ser admirado o rechazado, el ser querido, la
atracción y las pasiones. Dos gemelos educados en distintos ambientes acaban
siendo individuos muy diferentes. Claro que, no olvidemos la genética, la
herencia, la predisposición orgánica o ser o padecer algo. A mediados del siglo
pasado había una gran bronca entre los “genetistas”, que decían que todo lo
traes al nacer, y los “ambientalistas”, que aseguraban que todo depende de las experiencias que tengas.
Ahora sabemos que ambos tienen razón. A veces nos encantaría encontrar el gen
de la homosexualidad y decir que con él naces, y de echo hay bastantes
estudios, pero ninguno tan definitivo que demuestre nada al respecto. Tal vez
en los próximos años cuando se conozca completo el código genético (genoma)
podamos saber más. Pero, de cualquier modo, esto nunca podrá servir para no
respetar los derechos humanos que, como persona, tiene un homosexual, bisexual
o transgénero.
El homosexual, como el humano en
general que es, nace y se hace. Pero vamos a encontrar homosexuales que son de
padres unidos, de separados, de violentos, de intelectuales, de campesinos, de
polígamos o de madres solteras. Si lo que buscamos son rótulos, está en chino
de momento. Tendrá que quedar claro a estas alturas que tal vez no sepamos lo
que es la homosexualidad, pero sí lo que no es. No es una enfermedad, y está
eliminada como tal de los tratados médicos a partir de los años 70s. no es un
capricho optativo que digas voluntariamente “soy”, “quiero ser” o “ahora no
soy”, y no habrá psicólogo o psiquiatra serio en el mundo que admita a una madre
diciendo aquello de “cámbiemelo”, porque
las orientación sexual no se elige, y tampoco se cambia. No es inhumano porque
se da en los humanos. No es contra natura porque la natura nuestra lo presenta,
y no se vale comparar con los animalitos porque los hay bien jotos, hay
golondrinas lesbianas, caracoles hermafroditas y…de cualquier modo no somos
ninguna de esas especies (¿No que lo interesante era ser distinto, y ahora
resulta que está mal porque el oso hormiguero es bien macho?). No es
perseguible porque no tengan hijos, porque sobran abandonados en la calle o
abortados, porque los hombres y las mujeres estériles no son condenables por
ello, y de cualquier modo la hembra “normalita” se hormona, inyecta, opera o
coloca aparatos de platino para no tenerlos y nadie le dice nada. Tampoco es un
delito, salvo que lo cometas haciendo daño a otros, como cualquier
heterosexual. La Comisión de Derechos Humanos del D.F., ha tenido que editar
una cartilla al respecto para que la sociedad conozca esto, ya que puede más el
mito que la justicia en nuestras costumbres, empeñados en que Sodoma se
destrozó con tanta mariconada y no por un terremoto. Podríamos recordar también
que la historia de la humanidad está llena de homosexuales célebres: Platón,
Alejandro, César, Miguel Angel, Byron, Wilde, Proust, Gide, García Lorca,
Salvador Novo, etc., El recordar los derechos humanos de minorías sexuales,
lesbianas, bisexuales, transexuales o transgenéricos. Y sin remedio a la mujer,
paradójica minoría sexual porque, aunque sea hembra el 52% de la población
mundial, resulta que sólo posee el 2% de la riqueza del planeta.
Nota Adicional: La
homosexualidad en las personas, se da en circunstancias diferentes; cada
caso en particular, ya sea por abuso
sexual en la infancia; a voluntad propia, por circunstancias o influencia del
medio en que se desarrolla el niño (a) su conducta sexual; por confusión o
curiosidad en su identidad sexual, por la educación machista que se impone, por
no encontrar una satisfacción completa en el sexo opuesto o simplemente porque
le gusta la sensaciones que se
despiertan con su propio sexo, al conocerlo mejor. Aunque va de la mano con la
bisexualidad que les gusta lo que se hace con ambos sexos.
FUENTE:
Libro “Respuestas
para vivir una sexualidad inteligente y segura”.
Editorial: Selector
S.A. de C.V
Año de edición: 1998
Autor: Dra.
Anabel Ochoa
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