...Había escuchado sobre el arte del placer era una estupidez, mi corazón
se aceleraba como si fuera a estallar, mi garganta se secaba como un desierto por
el calor infernal, sus ojos se entrecerraron a cada centímetro que avanzaba y
algo extraño me pasa pues mis manos temblaban, había leído muchas cosas en
revistas de mujeres, incluso vídeos de esos que son para uno mismo satisfacerse...
pero esta era diferente pues no era causado por imaginación era real, sentí a
cada segundo acercarse a mí y su fragancia envolvía todo el entorno con un
toque a jazmín...entonces nuestros labios se tocaron y mi mente quedo en
blanco...mis manos se desesperaron por buscar su cuello, nuestras lenguas
jugueteaban como si lo hubieran hecho desde hace mucho tiempo; mis manos
inexpertas intentaban quitar sus ropas para descubrir su desnudes perfecta y
hermosa…
Jamás tuve ante mí a una mujer desnuda, joven, bella y nerviosa como era
de esperarse, pues era la primera vez que los dos, probaríamos los manjares del
sexo, recorrí cada parte de su cuerpo pues quizá no hubiera otra ocasión para
repetir este momento, ella se dejó llevar por el mar del deseo, ese que hacían
acelerar la respiración de su cuerpo temerosos e inexpertos pero ardiendo del
deseo nos fundimos en un solo cuerpo hasta explotar en un grito placentero, al
final sonreímos y nos abrazamos pues era la primera vez que supimos lo que es
entregarse a los deseos del sexo.
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