Por la Dra. Anabel Ochoa
La eyaculación precoz, o prematura, es tal vez el único concepto feminista de la sexualidad
humana. Se le llama eyaculador precoz, al hombre que alcanza el orgasmo antes
que su compañera, dure lo que dure. De modo que si la mujer es ardiente y lo
alcanza en un minuto, no será prematuro al galán que aguante 59 segundos sin
eyacular, pero si la mujer es refractaria y se tarda una hora, seguiremos
diciendo que su hombre es eyaculador precoz
aunque aguante los 59 minutos. Desde luego suena injusto, pero tal vez supone
un toque de atención a la despreocupación clásica del macho por el placer de su
compañera. Seamos honestos: A la velocidad del macho, la hembra humana no se
entera de nada. En general el problema masculino es no saber detectar cuándo va
a eyacular, y sin duda el hombre –no el animal- necesitará educarse al
respecto. Por desgracia los varones practican desde chiquitos la rapidez, nunca
la tardanza; concursan masturbándose en grupo a ver quién “llega” primero, o se
entrenan con sexoservidoras que los obligan a apurarse porque el tiempo es oro.
Que decepción, cuando, al llegar a adultos, la prisa es su peor enemigo. La
penetración, que puede ser para el hombre ansioso lo primero, resulta que sólo
debería llegar cuando hay mucho terreno trabajado con la compañera con besos,
palabras, caricias, manos y lengua. Que no te cuenten noches de amor increíbles
porque, es un hombre medio, desde que penetra hasta que eyacula no pasan más de
siete minutos. Habrá que educarse entonces, saber del otro, juzgar previamente,
retardar…Y si se puede.
Nota Adicional: Es
aconsejable a los jóvenes que inician su actividad sexual, que siempre se
procure educarse para retardar ese momento de eyaculación al alcanzar el
orgasmo; hay que esforzarse porque sea primero su compañera que alcance el climax en el momento de la
relación íntima, para lo cual hay echar mano de todo y con todo, saber
detenerse a tiempo, para no dejar a medias el acto, y según su pareja, no cumpla con
sus expectativas y se sienta defraudada
sexualmente. Ese momento íntimo de
pareja, se debe disfrutar al máximo, no dejándose llevar por la calentura y la
prontitud por eyacular dentro de la vagina, pues recordemos que la mujer no
alcanza el orgasmo al mismo tiempo que el hombre; se tiene que trabajar mucho
en las caricias previas, en el uso del tacto para que la acompañante alcance
primero el climax, buscando posiciones en las que sean más estimulantes y le
ayuden alcanzar el orgasmo total, sin prejuicios ni inhibiciones, siempre y
cuando estén de acuerdo ambos.
FUENTE:
Libro “Respuestas
para vivir una sexualidad inteligente y segura”.
Año de edición: 1998
Autor: Dra.
Anabel Ochoa
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